Revista Mexicana de Ciencias Agrícolas
volume
9 number 3 April
01 - May 15, 2018
Ensayo
Eficiencia de los productores de maíz en
Sinaloa: una propuesta metodológica
Luis
Fernando López Reyes1§
Luis
Armando Becerra Perez1
1Facultad
de Ciencias Económicas y Sociales-Universidad Autónoma de Sinaloa. Blvd.
Universitarios y Av. de Las Américas unidad 3 s/n, Ciudad Universitaria,
Culiacán, Sinaloa, Mexico. CP. 80010. Tel. 01(667) 7161128. (becerra@uas.edu.mx).
§Autor
para correspondencia: Fernando-lopezreyes@hotmail.com.
Resumen
Dada la importancia que el estado de Sinaloa tiene en producción de maíz
a nivel nacional, es menester analizar las condiciones en las que el productor
sinaloense participa en el mercado y estimar su nivel de eficiencia técnica. La
relevancia de conocer la eficiencia técnica del productor radica en que una
falta de ésta implica un desperdicio de recursos que afecta el rendimiento y la
reducción de costos promedios. En este ensayo se analiza la situación
desventajosa en la que el productor participa en el mercado, puesto que el
precio del maíz aumenta a un ritmo comparativamente menor que el de los precios
de los insumos. Además, existen otros actores de la cadena de valor que obtienen
una renta mayor con un riesgo financiero menor. Se propone el modelo de
frontera estocástica para estimar el nivel de eficiencia y se ofrece una
revisión de literatura que soporta la elección del modelo econométrico. Así
mismo se presenta la ecuación a estimar considerando las prácticas de cultivo
vigentes en el estado de Sinaloa. Se concluye que es de interés la estimación
de la eficiencia técnica para conocer el espacio de mejora disponible dada la
tecnología actual en la región de estudio y que el modelo de frontera
estocástica es una alternativa viable para alcanzar dicho objetivo.
Palabras clave: eficiencia técnica,
modelo de frontera estocástica, producción de maíz.
Recibido:
enero de 2018
Aceptado: febrero de 2018
Introducción
Al igual que no todas las empresas son exitosas
en maximizar sus ingresos; no todos los productores tienen éxito en administrar
sus insumos de manera que maximicen sus ganancias. Por lo tanto, la búsqueda de
la eficiencia resulta de importancia crítica para cualquier organización,
incluyendo aquellos que participan en el sector agrícola. En ese sentido, el
presente ensayo se enfoca en proponer un método para estimar la eficiencia
técnica (ET) de los productores de maíz del estado de Sinaloa, dado que es uno
de los productores líderes en el país con una producción de alrededor de cinco
millones de toneladas al año, lo que equivale al 22% de la producción nacional (SAGARPA,
2014).
Para los propósitos de este trabajo, eficiencia es el nivel óptimo de
producción que resulta de la utilización de un conjunto de insumos con una
tecnología dada.
Asumiendo que
todos los productores de una región geográfica determinada tienen acceso a la
misma tecnología, es de esperar que las variaciones en el nivel de eficiencia
obedezcan a factores específicos de cada unidad de producción (eg. la cantidad
de agua de riego utilizada por hectárea, labores culturales realizadas), de
manera que los productores que optimicen mejor sus recursos, serán más
eficientes.
En el año
agrícola 2014 la superficie sembrada de maíz en México fue de 7.4 millones de
hectáreas. Hay que señalar que esta superficie no ha aumentado de forma
significativa en los últimos 15 años, pero no así sus rendimientos por
hectárea, los cuales han ido en aumento, especialmente en la superficie de
riego. El volumen de producción de maíz para ese mismo año fue de 23.3 millones
de toneladas con un valor total de 72 518 millones de pesos.
La importancia del agua en la productividad del maíz es evidente. Para el
año agrícola 2014, en riego, los rendimientos fueron de 8.83 t ha-1
y 7.34 t ha-1, en los ciclos otoño-invierno (O-I) y primavera-verano
(P-V) respectivamente; mientras en temporal, los rendimientos fueron 1.9 t ha-1
y 2.34 t ha-1, en los mismos ciclos respectivamente. Sinaloa destaca
por su importancia en el cultivo de maíz. Para el año agrícola 2014 en esta
entidad se sembraron 408 mil hectáreas de maíz, cosechando 3.7 millones de
toneladas. Su rendimiento en O-I, en riego (no se siembra maíz de temporal),
que es el ciclo en el cual siembra su mayor parte, fue de 10.63 t ha-1,
rendimiento muy aceptable respecto a los obtenidos a nivel nacional
(SIAP-SAGARPA, 2016).
Con un
consumo per cápita de 253 kg, México es el octavo consumidor de maíz a nivel
mundial. De acuerdo con Turrent (2005), México es apto para alcanzar una
producción que oscile alrededor de los 32 millones de toneladas por año,
considerando la misma superficie destinada para este cultivo de los últimos
cinco años. Aun así, México se ubica como el cuarto productor de maíz a nivel
mundial, solo detrás de Estados Unidos de América (EE. UU, 280 millones de
toneladas), China (136 millones de toneladas) y Brasil con 44 millones de
toneladas. Sin embargo, la producción total no
satisface la demanda interna, por lo que México importa alrededor de 10
millones de toneladas de maíz cada año, principalmente de EE. UU, su principal
socio comercial.
De acuerdo
con Becerra (2014), el consumo nacional aparente de maíz en México fue de 30.5
millones de toneladas en el 2010, de los cuales aproximadamente 25% se
abasteció vía importaciones. Aun reconociendo que la mayor parte de las
importaciones son para consumo animal e industrial (maíz amarillo y no siempre
el de mejor calidad), que al final termina convirtiéndose en consumo humano al
transformarse en productos alimenticios (eg. carnes, cereales), ese déficit de
grano compromete la soberanía alimentaria colocando a México en una posición de
dependencia del exterior en uno de sus productos básicos en la dieta de la
población.
Además de los
impactos económicos y las implicaciones de dependencia del exterior, estudios
recientes (Mendoza-Cano et al., 2016)
han encontrado que la importación de maíz a México proveniente de Estados
Unidos tiene efectos negativos en el medio ambiente y en la salud humana. Estos
autores encontraron evidencia que los impactos ambientales, medidos por el
análisis de ciclo de vida (ACV), y los efectos en la salud humana, medido por
los años de vida ajustados por discapacidad (AVAD), son más altos cuando el
maíz es importado en comparación con el maíz producido en México.
Los hechos
anteriores indican la factibilidad de que en caso de un incremento en la
producción nacional, vía un aumento en la eficiencia, la colocación en el
mercado nacional está garantizada y es positiva, no sólo desde la perspectiva
de soberanía alimentaria, sino económicamente, ambientalmente y de salud
pública. En este sentido, la experiencia nacional e internacional de Sinaloa en
la producción y comercialización de maíz, que dicho sea de paso, es igual o
mayor en términos de productividad con el cinturón del maíz (corn belt) de
Estados Unidos de América, es aprovechable. Lo mencionado anteriormente,
potencializa las oportunidades de colocación de un aumento tentativo de la
producción y que coadyuvaría en la compleja problemática de la comercialización
de la producción que cada ciclo enfrenta los agricultores locales.
Este ensayo
se divide en cinco partes. La primera, es esta introducción que ubica al lector
en la temática de análisis. La segunda, justifica el problema a abordar y las
ventajas de conocer la eficiencia de los productores de maíz en México y
Sinaloa. En la tercera parte, hacemos una revisión de la literatura que ha
analizado el tema de la eficiencia de la producción de maíz a nivel mundial y
en México. En la cuarta parte, se realiza la propuesta metodológica para
determinar la ET de los productores de maíz, que aunque está contextualizada a
Sinaloa, bien puede ser replicada a cualquier región de México y a otros
cultivos. En la quinta y última parte, se ofrecen las conclusiones.
El problema
de los productores de maíz
La problemática
en el caso de los productores de maíz, es que enfrentan serias dificultades a
través del proceso productivo y ciclo económico del cultivo. Si bien han sido
capaces, mediante la implementación de buenas prácticas y manejo agrícola, de
controlar los daños por plagas a su mínima expresión y son, al mismo tiempo,
altamente productivos con rendimientos por encima de la media nacional, si
enfrentan problemas de financiamiento, liquidez, alza en los precios de los
insumos, fuerte competencia en el plano internacional y de comercialización. El
incremento de los costos de producción no crece al paralelo al incremento del
precio de mercado de los productos agrícolas. Esta situación tiene contra la
pared a los empresarios del maíz que se encuentran desprotegidos ante tal
circunstancia.
Ante esta
tesitura de gran amenaza para los productores de maíz por el incremento
desmedido de algunos insumos como la simiente y el fertilizante, resulta
importante el diseño de estrategias para determinar su actuación y evitar una
mayor descapitalización. Actualmente los productores están compartiendo la
utilidad con vendedores de insumos cuyos riesgos son sumamente menores y sus
ventajas financieras muy elevadas. Además, los comercializadores del grano
obtienen también una renta mayor. Ante este sombrío panorama, los productores
necesitan innovar para propiciar un cambio que les permita enfrentar los retos
del entorno en una mejor posición. Por tal motivo, la estimación de la
eficiencia es de mucha relevancia para conocer en qué forma están
desempañándose los productores y desde ese punto de partida, conocer los
alcances que pudieran lograr mediante la implementación de políticas
encaminadas al incremento de la eficiencia.
Varios estudios han tratado de justificar porque la eficiencia en la
agricultura es importante especialmente en países en desarrollo. Considerando los factores sociales, económicos y
culturales de una región, el aumento en la eficiencia productiva no depende
necesariamente de la adopción de nuevas tecnologías, sino del uso efectivo de
las tecnologías disponibles.
El análisis
de la eficiencia de un sector de productores agrícolas puede ofrecer
observaciones importantes sobre la competitividad de los mismos; así como sobre
el potencial para incrementar la productividad y uso de los recursos. Un
productor que es ineficiente está desperdiciando recursos porque no obtiene la
producción máxima posible, dada la cantidad de insumos utilizados en el proceso
de producción, comprometiendo, por ende, la posibilidad de reducir costos
promedios. Una alta eficiencia en la producción de maíz colocará a Sinaloa en
el camino adecuado a mejorar su competitividad en los mercados de destino, así
como en el plano internacional, donde se encuentra ante la amenaza de la
producción de grano en el exterior susceptible de importación al territorio
nacional.
La estimación de la ET arroja también información relevante para la toma
de decisiones a nivel empresarial (eg. productor) que conlleva a la óptima
utilización de los recursos y capacidades. Como resaltan Abdulai y Tiejte
(2007), el análisis de la eficiencia permite obtener información valiosa sobre
la competitividad de los productores y su potencial de incrementar la
productividad. Considerando lo
anterior, es necesario estimar la eficiencia de los productores de maíz en
Sinaloa, dicha estimación, fungirá como punta de lanza, primero, para
determinar la magnitud del grado de mejora disponible. Es decir, la diferencia
entre la eficiencia actual de los productores sinaloenses y la máxima posible,
dada la tecnología, precios y factores del entorno que predominan en la región.
Una
vez que las causas hayan sido identificadas, estaremos en mejor posición para
inferir los escenarios probables de la implementación de políticas y reformas específicas
para favorecer la revitalización del sistema producto maíz. Como la eficiencia
puede ser ambivalente, es decir, se puede alcanzar mayor eficiencia aumentando
la producción con los mismos insumos, como produciendo lo mismo usando menos
recursos, las políticas van encaminadas a reducir costos.
Revisión de literatura en análisis de eficiencia
El
estudio de la eficiencia en la producción de maíz ha sido un tema recurrente
entre los investigadores agrícolas. Debido de su importancia mundial en
términos de generación de alimentos básicos, generación de empleos y otros
factores socioculturales, no es de sorprender que el maíz haya sido objeto de
un importante número de estudios.
El desarrollo
de la estimación y análisis de la eficiencia data de hace más de siete décadas
(Koopmans, 1951) con mejoras significativas desde el punto de vista teórico y
empírico durante la segunda mitad de la década de los setenta del siglo
anterior (Aigner et al., 1977).
Variaciones en la ET en agricultura han sido estudiadas principalmente en
países asiáticos como la India (Ali y Gupta, 2011), China (Chen
y Song, 2008) y en países africanos particularmente en Sudáfrica (Pauw y Punt,
2007) y Kenia (Kibaara y Kavoi, 2012).
En su estudio, Kibaara y Kavoi (2012) estimaron la ET de la producción
de maíz en Kenia y explicaron las variaciones de esta entre los productores;
dichas diferencias se derivan de las características socio-económicas y
demográficas de los productores y de sus capacidades gerenciales. Los autores
calcularon la eficiencia específica de los productores utilizando 2,017
observaciones de una encuesta con datos transversales. Los resultados muestran
que, en conjunto, la eficiencia media es de 49%, por tanto, existe un gran
espacio para mejorar la producción utilizando la misma tecnología. El uso de
semilla hibrida certificada, maquinaria y preparación del suelo, el nivel de
educación, la interacción entre el nivel de educación y los ingresos fuera de
la agricultura, el acceso a créditos y la edad del empresario, fueron los
principales determinantes de la eficiencia.
Utilizando datos transversales de una muestra de 218 unidades de
producción, Amor y Muller (2010) estimaron la ET de los productores de
vegetales, frutas y cereales en Túnez. Acorde con sus resultados, los
productores de cereal en ese país tienen un nivel de eficiencia de 77%. Lo que
implica un espacio de aumento en la producción de 23% utilizando la misma
tecnología. Educación, edad, técnicas de irrigación y tenencia de la tierra
fueron encontradas como determinantes de la eficiencia.
Kelemework et al. (2012) estimaron el nivel de eficiencia agrícola de 29 países
distintos de África y Asia para el periodo 1994-2000. Los resultados muestran
que la eficiencia media de los países en la muestra es de 86%, con discretos
aumentos durante el periodo en cuestión. Esto sugiere que existe un
significativo espacio de mejora en productividad y reacomodo de los recursos
existentes (14%). Investigación y desarrollo y educación, fueron los
principales determinantes de la eficiencia.
En Pakistán, Ayaz y Hussain (2012) estimaron el nivel de eficiencia de
los agricultores de la provincia de Punjab. Utilizando datos de 300 unidades de
producción, concluyeron que el nivel de eficiencia prevalente entre los
productores de la muestra era 84% o, lo que es igual, 16% de ineficiencia
técnica. Experiencia del productor, educación y tamaño de la unidad de
producción fueron los determinantes de la eficiencia; de manera sobresaliente,
el acceso al crédito fue la variable más importante en dicha estimación.
Yabe et al. (2012)
estimaron la eficiencia de los productores de maíz en la provincia de Sayaboury
en la República Democrática Popular Lao, al suroeste de China. Mediante el uso
de encuestas, obtuvieron datos de 178 empresarios. La eficiencia media de los
productores fue de 85%. El nivel de educación, experiencia, tamaño de la unidad
de producción, membresía de una asociación agrícola y acceso al crédito, fueron
los principales determinantes de la eficiencia.
En base a una encuesta con 387 observaciones, se concluyó que el nivel
de eficiencia de la agricultura de riego en Irán era de 76% (Burki y Shah,
1998). Las variables positivamente relacionadas al nivel de eficiencia, de acuerdo
con este estudio, fueron la escolaridad, el riego y los fertilizantes, mientras
que el tamaño de la unidad de producción y la edad del empresario se relacionan
negativamente con la eficiencia.
En China, Chen y Huffman (2003) estimaron la eficiencia de los
productores de granos. Los resultados indican que el nivel medio de eficiencia
86%. Maquinaria, tamaño de la unidad de producción y edad del empresario fueron
variables determinantes.
Con un total de 32 estudios de eficiencia utilizando datos al nivel de
unidades de producción de 15 países en desarrollo, Bravo-Ureta et
al. (2001)
concluyeron que la eficiencia media era del 68%. De la muestra, 8 estudios eran
correspondientes a la producción de maíz de diferentes países como Nepal, China
y Guatemala. En un subsecuente meta análisis, Bravo-Ureta et
al. (2007),
concluyeron que los países con las medias de eficiencia más elevadas eran los
de Europa Occidental y Oceanía. En contraste, los niveles de eficiencia en
agricultura más bajos se encuentran al este de Europa, seguido por los países
de Asia, África, América Latina y Norteamérica.
En cuanto a estudios sobre la eficiencia en la producción de maíz en
América Latina, la cantidad de investigaciones formales es un tanto más
reducida. En Guatemala, Kalaitzandonakes y Dunn (1995), calcularon que la ET en
la producción de maíz prevalente en esa fecha fue 73% en promedio. Educación,
asistencia técnica y la experiencia fueron las variables estadísticamente
significativas. Resultado consistente con el de Bravo y Pinheiro (1997), en su
estudio sobre la eficiencia de 60 productores en la región de Dajabon en
República Dominicana, concluyeron que la ET fue 70%.
En su investigación, Solís et al.
(2009) estudiaron hasta qué punto la eficiencia de los productores en El
Salvador y Honduras estaba relacionada con los programas de mejoramiento de
recursos naturales implementados en Centroamérica. Con datos de 639 productores
concluyeron que la eficiencia esta positivamente relacionada con mejoras
financieras para los empresarios agrícolas y que a su vez contribuye al manejo
sustentable del medio ambiente y el aumento de la productividad.
En Colombia, Janssen y Ruiz (1994) calcularon que la eficiencia de
pequeños productores era de 56%. Y que este nivel de eficiencia, contribuye con
42% al incremento de la ganancia económica. Por su parte, en un estudio
conducido en EE. UU y en base a 3 341 observaciones de espacios con influencia
rural y 1 405 de influencia urbana, Nehring et al. (2006) concluyeron que los
productores agrícolas asentados en comunidades rurales eran más eficientes que
su contraparte los productores con influencia o proximidad a áreas urbanas. En
el cinturón del maíz, (corn belt: Iowa, Illinois e Indiana), la eficiencia fue
63% para el periodo de estudio. También destacan que la eficiencia está
relacionada con el retorno de la inversión y la productividad.
De las pocas investigaciones formales realizadas
hasta el momento en relación a la estimación de la eficiencia en la producción
de maíz en México, destaca la de Yunez-Naude et al. (2006). En
ese trabajo, los autores estiman la eficiencia global por regiones geográficas,
seccionando el territorio nacional en base a regiones productivas. Es decir,
las regiones sur, centro, oeste central, noroeste y noreste. Tomando
información de la Encuesta Nacional de Hogares Rurales en México (ENHRUM) del
año 2002, los autores concluyeron que en global, la producción de maíz en el
territorio nacional es ineficiente, tanto para la agricultura de subsistencia
como para la empresarial.
Las regiones más ineficientes, de acuerdo con los autores, son la zona
centro y sur. Además, encontraron que la agricultura de subsistencia, los
productores utilizan insumos que son menos eficientes (eg. semillas y
agroquímicos), comparados con los productores empresariales. En suma, concluyen
que los productores menos eficientes son aquellos que están inmersos en la
agricultura de subsistencia, siembran una extensión <1 ha, son indígenas y
basan su producción en semillas criollas.
Si bien estos resultados representan un primer esfuerzo para estimar la
eficiencia de los productores de maíz en México, el trabajo tiene ciertas
limitaciones. Como las estimaciones están basadas en una encuesta nacional que
recaba información, en parte; a través, de las autoridades de comunidades, la
información recabada puede contener sesgos y omisiones importantes. Además,
muchos de los pequeños productores podrían no llevar un registro preciso de sus
gastos, lo que complica la estimación de la eficiencia real. Para obtener datos
más útiles y con un menor riesgo de sesgo, es necesario obtener la información
directamente del productor. El Cuadro 1, muestra la literatura citada en este
trabajo, destacando las variables consideradas por diferentes autores.
Cuadro 1. Principales
estudios de eficiencia de la producción de maíz alrededor del mundo.
Autor |
Lugar |
Metodología
aplicada |
Cultivo analizado |
Observaciones |
Variables |
Eficiencia encontrada |
Kibaara y Kavoi
(2012). |
Kenia |
MFE1 |
Maíz |
2 017observaciones
datos transversales |
Semilla maquinaria,
educación, créditos |
49% |
Amor y Muller (2010). |
Túnez |
MFE |
Maíz y
frutas |
218 unidades de
producción |
Educación, edad,
irrigación, tenencia de la tierra |
77% |
Kelemework et al. (2012) |
Asia y
África (29 países) |
Meta
análisis |
Maíz |
- |
Investigación y
desarrollo y educación |
86% |
Solís (2009) |
Centro América |
MFE |
Maíz |
639 observaciones |
Programas
gubernamentales, asociación agrícola, gasto total |
62% |
Ayaz y Hussain (2012) |
Pakistán |
MFE |
Maíz |
+300 unidades de
producción |
Experiencia, educación,
acceso al crédito |
84% |
Yunez-Naude et al. (2006) |
México |
MFE |
Maíz |
776 observaciones |
Semillas, Agroquímicos |
3% |
Chen y Huffman (2003) |
China |
MFE |
Maíz |
64 empresas publicas |
Maquinaria, tamaño,
edad |
86% |
Kalaitzandonakes y
Dunn (1995) |
Guatemala |
MFE |
Maíz |
+200 observaciones |
Educación, asistencia |
73% |
Nehring et al. (2006). |
EE. UU |
MFE |
Maíz |
+4 000 |
Productividad, retorno
a la inversión |
63% |
Fuente: elaboración
con base a literatura revisada. 1Modelo de frontera estocástica.
Estimación del nivel
de eficiencia de los productores de maíz: propuesta metodológica
Como aparece actualmente en la literatura, el modelo de frontera
estocástica (MFE), fue originalmente desarrollado por Aigner et
al. (1977). En este
modelo, eficiencia técnica se define como la habilidad de la organización de
alcanzar la cantidad máxima de producción dada una serie de insumos y
tecnología. Dicho de otra manera, la estimación de la ET permite inferir el
espacio que resulta de la comparación entre los productores con extraordinarios
resultados (benchmark) y por ende se colocan sobre la línea frontera, y los
productores que se colocan por debajo de la línea de frontera; la función
frontera representa la mejor tecnología en la práctica y contra la cual las
demás organizaciones dentro de una industria serán comparadas para medir la
eficiencia (Batesse y Coelli, 1995; Figura 1). Por este motivo, y en contraste
con una función de producción regular, el MFE permite tomar medidas de
ineficiencia puesto que no asume que todos los agricultores o unidades de
producción están logrando la mejor producción posible.
Figura
1. Ilustración del espacio de mejora disponible basado en los productores de
mejor desempeño. Elaboración con base a Luo y Homburg (2008).
Los MFE
pueden ser clasificados en dos categorías básicas: los paramétricos y los no
paramétricos. La principal diferencia es que los modelos paramétricos de
frontera estocástica (MFE) se basan en una forma funcional específica que
implica una forma econométrica Aigner et al.
(1977), mientras que los no paramétricos por sus siglas en inglés data
envelopment analysis (DEA), no se basan en dicha forma Amor y Muller (2010) e
incurren en el uso de programación lineal (Charnes et al., 1978). Se propone usar la forma paramétrica
del MFE ya que tiene algunas ventajas sobre su contraparte el modelo DEA; por
ejemplo, el modelo no paramétrico asume que las variaciones en el desempeño de
los productores se atribuyen en su totalidad a la ineficiencia. Asumir esto
conlleva problemas, puesto que ignora la medida del error (eg. ruido
estadístico), variables omitidas y los choques exógenos durante el proceso de
estimación de parámetros (Iliyasu et al.,
2016). Asimismo, el MFE permite la prueba de hipótesis de los parámetros
estimados. Por estos motivos el MFE es el propuesto en este ensayo.
La principal
ventaja del MFE sobre el modelo tradicional de mínimos cuadrados ordinarios (MCO)
es que éste último ofrece estimaciones basadas solo en el productor promedio;
mientras que la estimación del MFE es mayormente influenciado por los
productores de mejor desempeño y por ello reflejan los beneficios de la
tecnología que están utilizando. Siguiendo a Chávez et al. (2012), la forma esencial del MFE es:
1)
Donde: es la producción del productor i en la muestra
(i=1, 2, … I), es un vector (1×k) de cantidad de insumos de
producción utilizados por la unidad de producción i, es vector (k×1) de parámetros a estimar, es la forma paramétrica de la tecnología utilizada,
y es un término de error estocástico utilizado
por Batesse y Coelli (1995) y que está compuesto por:
2)
Donde: es el componente asimétrico y considera la
variación al azar de la producción debido a factores fuera del control del
agricultor (eg. cantidad de lluvia, clima extremo); entonces, es un componente de ruido estadístico de dos
caras y se asume que es independiente e idénticamente distribuido en e independiente de ; es una variable al azar no paramétrica,
asociada con la ineficiencia técnica. Distribuciones como la gamma, exponencial
y truncada-normal han sido propuestas en la literatura de producción
estocástica de frontera, en la propuesta de este ensayo, el componente
asimétrico es una variable al azar no negativa y se asume
que es independientemente distribuida con truncaciones (en cero) de la
distribución semi-normal con media y varianza (Kumbhakar y Lovell, 2002) y por ello captura
la noción de asimetría entre los dos componentes de . Siguiendo esta lógica, los
efectos de la media de la ineficiencia técnica, , puede ser especificada como:
3)
Donde: es un vector (1×m) de variables específicas de
cada unidad de producción asociadas con la ET, y es un vector (m×1) de parámetros desconocidos
a estimar.
Por eso, la varianza de es , y el error estándar se calcula
en:: donde el parámetro gamma (γ)
determina si en efecto el MFE es preferible sobre el tradicional modelo de
función de producción (Kalirajan, 1981). Si fallamos en rechazar la hipótesis
nula implicaría la ausencia de una frontera
estocástica en términos de producción. En este horizonte, ET puede ser escrita
como:
4)
Este es el
radio de la producción observada y la producción máxima posible dada una
tecnología caracterizada por exp; alcanza su máximo en , solo en
este punto el resultado =1. Si < 1
entonces hay un espacio entre la producción observada de la unidad de
producción i, y la producción máxima posible caracterizada por . La
ecuación 1 puede ser reescrita como:
5)
En la ecuación (5), , para la simplificación del
análisis, esta es la forma estructural propuesta en este trabajo. Asumiendo que
se comporta como una función tipo
Cobb-Douglas, el MFE se transforma a:
6)
Para el propósito de esta
investigación el modelo empírico toma la forma:
7)
Donde: es la producción observada del productor i; es mano de obra, medida en horas de trabajo
por día; es gasto en agua, en el cultivo del maíz, bajo
el esquema actual en la zona de estudio, esta variable es primordial. Una falta
de, o una mala administración de los riegos tanto de pre-siembra como de
auxilio, impactarían negativamente el nivel de producción; es cantidad de fertilizante. Esta variable se
mide en kilogramos totales de fertilizantes aplicados por hectárea durante el
ciclo del cultivo, independientemente del tipo de fertilizante, siendo los más
usuales la urea, el amoniaco anhidro y otros fertilizantes líquidos; es cantidad de herbicidas aplicados por
hectárea; es el nivel de capital del productor.
A mayor capital, el productor
está en una mejor posición, ya que el capital engloba aspectos como maquinaria,
mejores equipos e implementos agrícolas, acceso a laboratorios para análisis
especializados, mayor asistencia técnica y hasta silos, entre otras cosas; es total de dinero invertido por hectárea
durante todo el ciclo. Esta variable se introduce al modelo en parte para
capturar los gastos operacionales. Estos incluyen costos de transportación,
combustible, mantenimiento y reparación de equipos, gasto en seguros agrícolas,
gasto en telefonía, etc. Aunque hubiera sido mejor utilizar datos para cada
insumo en particular, un número razonable de productores no tienen información
detallada (Batesse y Coelli, 1996). Los son los parámetros a estimar.
Estimación de los determinantes de la eficiencia
En el
segundo paso del modelo, se utiliza el MCO para estimar como las variables
consideradas en el modelo se correlacionan con la eficiencia estimada en el
primer paso del modelo. Basado en la metodología descrita por Batesse y Coelli
(1996) para estimar ET, el modelo se especifica como:
8)
En la ecuación (8), es el efecto de la ineficiencia, o la varianza
de la variable al azar no negativa de la ecuación (2); es una variable dummy=1 cuando el productor i
es miembro de una organización de productores, en nuestro caso de la
confederación de asociaciones agrícolas del estado de Sinaloa (CAADES), 0 si no
lo es. CAADES es una agencia cuyo primordial objetivo es ayudar a incrementar
el nivel de productividad de los productores agrícolas de la región. Por ello,
es de esperarse que los empresarios que sean socios de dicha agencia estén en
mejor posición que los que no tienen lazos con la misma.
es el nivel de educación del productor, medido
en años de educación formal recibida. Se espera una relación positiva con
eficiencia, puesto que los productores con mayor educación son más proclives a
tomar mejores decisiones, innovar y adoptar nuevos paquetes tecnológicos en
beneficio propio.
es la edad del productor, se incorpora al
modelo para investigar dos cuestiones, primero, si tiene influencia sobre el
nivel de eficiencia del empresario y segundo, si esa influencia es positiva o
negativa. La edad ha sido relacionada en otros trabajos positivamente con la
eficiencia, puesto que es un proxi para experiencia. Los productores de mayor
edad, se asume que han ganado experiencia a lo largo del tiempo. Aunque también
se les relaciona con ser más conservadores y exhibir una menor disposición a la
adopción de nuevas tecnologías. Por otro lado, la literatura también reporta
casos donde productores más jóvenes han sido encontrados más eficientes.
Presumiblemente por su tendencia a adoptar nuevas tecnologías.
es una variable dummy sobre la tenencia de la
tierra. La motivación es establecer si ser dueño de la unidad de producción
influye sobre la ET. Se espera una relación positiva; es decir, los productores
dueños del predio serán más eficientes que su contraparte, los productores que
incurren en contratos de arrendamiento. es una variable dummy que diferencia a los
empresarios clasificándolos entre los que la producción de maíz es su principal
fuente de ingresos y los que no. Se espera una relación positiva; es decir, los
productores quienes perciben del cultivo del maíz su principal ingreso serán
más eficientes, puesto que se asume su dedicación de tiempo completo al cultivo
del grano.
es una variable dummy que diferencia a los
empresarios casados y solteros. Se espera una relación positiva con la
eficiencia. Esto debido a que los productores casados son presumiblemente de
mayor edad y por ende, tienen una acumulación mayor de conocimientos que los
empresarios solteros. es una variable dummy que indica si el
empresario realizó análisis de suelo previo al proceso de siembra. Se espera
una correlación positiva con la eficiencia. La razón es que el análisis de
suelo permite determinar con mayor grado de certeza los requerimientos de los
suelos en términos de fertilización, riegos y manejo en general. Son parámetros a estimar (Cuadro 2) para una
descripción de todas las variables. El análisis estadístico se puede realizar
con la ayuda de dos software econométricos: Nlogit 5/Limdep 10 y Frontier 4.0.
Cuadro
2. Descripción de las variables.
Variable |
Descripción |
Producción |
Producción
total por hectárea |
Mano
de obra |
Horas
de trabajo por hombre por día. |
Agua |
Gasto
en agua por hectárea |
Fertilizante |
Cantidad
de fertilizante aplicado por hectárea en kilogramos |
Costo |
Cantidad
total de dinero gastado por hectárea durante el ciclo agrícola. |
CAADES |
Variable
dummy= “1” si el productor es miembro de la CAADES, “0” si no lo es. |
Educación |
Nivel
de educación del productor: 1= primaria, 2= secundaria, 3= preparatoria y 4= licenciatura |
Edad |
Edad
del productor |
Tenencia |
Variable
dummy= “1” si el productor es dueño de la tierra, “0” si no lo es |
Conclusiones
Este trabajo
propone una metodología para estimar la ET de los productores de maíz en
Sinaloa, aunque este ejemplo puede ser replicado para otras regiones del país y
para otros cultivos. Sinaloa es uno de los principales productores de maíz a
nivel nacional. Claramente, el conglomerado de productores y la estrecha
integración con otros actores de la cadena de valor, han contribuido a que los
empresarios del maíz sinaloenses se consoliden. Sin embargo, son los
productores los que conllevan un riesgo mayor en el desempeño de su actividad.
Las empresas transnacionales productoras de la simiente y las casas
comercializadoras de insumos y maquinaria agrícola, con un riesgo menor
obtienen una renta mayor. Además, los intermediarios en la fase de comercialización
participan también con un riesgo comparativamente menor al del productor,
obteniendo ganancias mayores que el mismo productor.
En
consecuencia, los productores de maíz en Sinaloa deben innovar sus procesos
productivos, a fin de enfrentar los retos actuales y futuros, derivados
principalmente de la transición del enfoque proteccionista a la apertura
comercial, en una mejor posición. Por ello, la estimación del nivel de
eficiencia prevalente en la región retoma particular interés.
De la
estimación de la eficiencia se puede inferir el espacio de mejora disponible
dada la tecnología y la vigente forma de organización de la producción de maíz
en Sinaloa. Se concluye que el modelo de frontera estocástica (MFE) es
pertinente para dicho objetivo, puesto que su validez ha sido probada en
múltiples estudios agrícolas y particularmente en producción de maíz en
diferentes regiones del mundo. En ese sentido, en este ensayo se documentó el
estado del arte en materia de medición de eficiencia agrícola y se concluye
proponiendo una metodología específica para determinar la ET del productor de
maíz en Sinaloa.
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